La
mayor parte de las averías en los cierres
metálicos enrollables en Madrid centro se pueden evitar llevando a cabo con
cierta periodicidad una revisión en sus puntos esenciales. Es posible que las
tareas concretas puedan variar levemente dependiendo del tipo de cierre que
tengas instalado, pero procuramos explicarte los pasos esenciales.
Los rieles y correderas por los que se deslizan los cierres metálicos enrollables en Madrid centro deben ser revisados
cada dos o tres meses comprobando que están perfectamente lubricados para que
el cierre se deslice suavemente y no haga esos molestos chirridos que, además,
pueden terminar por destrozar las lamas del cierre al desgastarlas en exceso.
Puede considerarse normal un cierto nivel de sonido al subir o bajar el cierre,
pero puedes reducirlo manteniendo lubricado el espacio entre sus lamas.
El calor que generan los elementos del motor puede resultar de gran atractivo
para muchos insectos que se cuelan por cualquier rendija. Revisa a conciencia
el compartimento del motor y, si encuentras algún rastro, repasa entonces las
juntas para ver por dónde han entrado. Evita también que se acumule basura o
polvo en la parte baja, con el tiempo, te crearán dificultades para cerrarlo
correctamente.
El agua y la humedad, junto con los cambios de temperatura, son enemigos de las
juntas de goma. Y son especialmente peligrosas cuando alcanzan al motor. Debes
revisar el estado de estas juntas para cambiarlas en cuanto notes que han
dejado de ser completamente estancas.
Realizar periódicamente estas revisiones tu cierre estará en perfectas
condiciones durante muchos, muchos años, y recuerda que, al menor problema, un
técnico de Cierres Metálicos E. Merino
te ayudará a resolverlo.